domingo, 27 de junio de 2010

La Sirena que podía Caminar



La Sirena que podía Caminar

El corazón ya sin permiso
late tumbos acorde de punteo
cuando una morena pasa a mi lado
y su pelo acorbonado me deja tieso...

Que envenena el ambiente
que en los ojos luce estanques verdes
que desflorado el otoño me visita
y me revienta, al compás de septiembre...

Soy el bombardero de sus jardines
mis manos me sudan cuando me toca
me delatan, y me quedo helado cuando me besa
y el canto de sus labios me abandona...

Arranca la madrugada y espero en su portal
se ríe de mi, un iluso,
y mis motores paran y me bajan la moral
y es que en verdad me ama y su risilla
era un disimulo...

La vida en aguacero transforma
a la gente pero conservando la misma máscara
ahora, ella ya no me mira colorada
de hecho hace ya tiempo que me abandona
y a todas horas me pregunto:

¿Su pelo oscuro como el betún era un sueño
o simplemente era yo aquejado por sirenas?

No lo sabía antes, menos lo se ahora...

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